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13 octubre, 2022

Día internacional para la reducción de riesgos de desastres

Ecocida es el que mira y no hace nada para revertir daños masivos y destrucciones ambientales.

Hoy, en el ‘Día internacional para la reducción de riesgos de desastres’, arden todavía incendios intencionales provocados en Metán, Rosario de la Frontera y La Candelaria, todas localidades de la provincia en la que vivo.

Escuché a un hombre de Colonia Santa Rosa, otro pueblo salteño, decir que el pesado humo de las quemas forestales que también están ocurriendo allí -en simultáneo a las 3 primeras que mencioné- hace que, por momentos, le resulte “imposible” respirar.

Dijo, además, que “para colmo”, el Servicio Meteorológico Nacional no anuncia lluvias para la zona para los próximos días y pienso que, en Argentina por lo menos, siempre dejamos que la naturaleza apague los fuegos desmesurados.

En el mundo no funciona así. Y, aunque suene a verdad de perogrullo, no me canso de repetir que para este planeta no hay plan B. Lo que no se cuida, se desmejora hasta romperse por completo.

Por eso es importante este día: el ‘Día internacional para la reducción de riesgos de desastres’, que significa que, aunque ya no podamos volver a un punto cero, algo podemos hacer para minimizar impactos.

Entiendasé bien este mensaje, por favor, porque a pesar del fatalismo deseo que se rescate lo positivo. Hoy, mañana y siempre; tenemos todos la oportunidad para trabajar por la prevención y para evitar que se pierdan vidas humanas, de la flora y la fauna; medios de sustento; economías e infraestructura básica; nuestras comunidades tal y como las conocemos; los países y, finalmente, el mundo. Nuestro mundo.

Pienso que podemos lograrlo y que, para eso, una buena primera acción puede ser la de universalizar los sistemas de alerta temprana. Los datos tienen que ser de todos. La información debe ser de acceso público para que no solo los que trabajamos por el cuidado del Medio Ambiente, sino todas las personas, puedan -por lo menos- conocer de qué hablamos y cuáles son las razones básicas, obvias y elementales para evitar este ecocidio que muchos solo miran por televisión.

Vaya esta observación también para los Estados, porque en los intercambios que mantenemos habitualmente en ABJA si algo queda claro es que ninguno invierte lo suficiente en la reducción de riesgos, ni en concientización, ni en equipos preparados para enfrentar eventos dañosos.

Hago notar que yo vivo en Salta, una provincia ubicada al Norte de Argentina y que impulso cada vez que puedo, por ejemplo, la idea de que los estados provinciales de mi región -conformada por al menos otras 3 provincias – generen un fondo de inversión que les permita adquirir aviones hidrantes para controlar y extinguir los incendios de enorme magnitud que, como decía al principio, hacen que las personas sientan que “no pueden respirar”.

En Salta arden los campos. En Misiones, las lluvias brasileras provocan que el caudal de los ríos que conforman las Cataratas del Iguazú se encuentren descontrolados y generen peligros. Del otro lado de la frontera abrieron las compuertas de 2 centrales hidroeléctricas para aliviar las cargas liberando hacia este lado un excedente monstruoso.

Argentina debate la “Ley de humedales” que, dicho de manera muy simple, plantea que o producimos o vivimos.

La Ley de Bosques es más o menos lo mismo. O desmontamos todo, o preservamos lo que queda e intentamos regenerar lo perdido.

Por eso vuelvo al tema. En 2022 -publican las Naciones Unidas-, “el Día Internacional se centrará en la meta G: Incrementar considerablemente la disponibilidad de los sistemas de alerta temprana sobre amenazas múltiples y de la información y las evaluaciones sobre el riesgo de desastres transmitidas a las personas, y el acceso a ellos, para 2030″.

La necesidad urgente de alcanzar este objetivo se vio reforzada en marzo de este año por el anuncio realizado por el Secretario General de la ONU, António Guterres, de que «las Naciones Unidas encabezarán una nueva acción para garantizar que cada persona de la Tierra esté protegida por sistemas de alerta temprana en un plazo de cinco años.»

Ojalá, así sea.

Nicolás Kripper. – Becario JICA en reducción de desastres y Coordinador de Ambiente, Espacios Verdes y Alumbrado de la ciudad de Salta

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